sábado, 26 de abril de 2014

En diciembre "Berta va en avión"

El pasado diciembre me acerqué un momento al VIPS que hay junto a mi trabajo y, de paso que compraba algunas cosillas, me paré a ver si había algún cuento que pudiese gustar a los pequeñuelos. Entonces conocí la colección Mi amiga Berta (editorial Salamandra). La verdad es no la había visto antes y me decidí a probar suerte. La protagonista me recordaba un poco a Pequeñita: más o menos de la misma edad y rubitas; el tamaño del libro me parecía manejable para Chiquitín, aunque al tener hojas finas me parecía un poco arriesgado, sobre todo para la pequeña Berta...

Por lo que he visto en la contraportada, la colección tiene 12 títulos, aunque creo que en la web de la editorial aparecía alguno más. No todos estaban en la tienda, y elegí uno que podía gustar tanto a Pequeñita como a Chiquitín: Berta va en avión. No teníamos ningún cuento ni juguete relacionado con aviones y me pareció una buena idea.

La pequeña Berta sale de vacaciones con sus papás en avión. Este cuento describe todo lo que ve y hace desde que sale de casa hasta que llega a su destino.

Me dio la impresión de que todos los libros de esta colección, o al menos los que vi en la tienda, tenían un poco el objetivo de describir a los niños situaciones que pueden tener que experimentar para que puedan tener una idea previa y vivirlas con menos nerviosismo (Berta va al médico, Berta tiene un hermanito, Berta va al cole, etc.).

No suelen gustarme mucho este tipo de libros que tienen una intención "didáctica" tan clara; me parecen más divertidos los libros "con historia" y que cada cual saque sus propias conclusiones, aunque, ahora que pienso un poco, tengo unos cuantos del primer tipo...

El caso es que a Pequeñita le gustó bastante, así que fue nuestro cuento del mes de diciembre. Después ha perdido un poco el interés por él, aunque también es verdad que han llegado otros cuentos con historias nuevas que han acaparado su atención

Chiquitín pasó un poco de Berta al principio, pero luego le divertía sentarse el solito a pasar las hojas, y, últimamente me pide que se lo lea, le encanta jugar a encontrar a Berta en cada página y, sobre todo a su osito (tito como dice él).

Por cierto que en la contraportada encontré una pequeña errata, un laísmo. Después de contrastarlo con el servicio de consultas online de la RAE (otra de mis muchas manías) hace varias semanas me decidí a contactar con la editorial para indicárselo (supongo que este tipo de cosas son importantes para ellos). Me costó bastante encontrar una dirección de correo electrónico porque no vi ninguna en su página web. Podía haber contactado por Twitter, pero no tengo cuenta... y además no me parecía delicado reportar un errata de forma abierta, aunque sea pequeñita. Así que ante la falta de respuesta después de casi dos meses, escribí nuevamente a través del formulario de contacto de la web, aunque esta opción no me gusta mucho porque no se queda registro para la persona que envía el mensaje.

Ya ha pasado una semana y nada, sigo sin respuesta. Supongo que habrá fallado el formulario, pero ya no voy a insistir más.


Y la palabra especial es... Azafata

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